¡Y ya lo ve! ¡Y ya lo ve!
¡Es el equipo de Yahvéh!
Saurio

(Genesis 1)

"Querido,
el fin de semana se acerca
y me quiero ir afuera,
dejémonos de dar vueltas:
hagamos al hombre
a nuestra imagen y semejanza"
dijo Asherah
y Yahvéh,
marido obediente,
varón y hembra los creó,
al fin y al cabo
el trabajo de los últimos seis días había sido duro,
no tenía ganas de escuchar a la patrona rezongar
y si todo lo que habían hecho había sido bueno,
¿por qué iba ahora a fallar?

(Genesis 3)

Rajá de acá,
ahora que te la sabés todas,
rajá de acá,
y andá a laburar,
¡gil!

(Génesis 6, 1-22)

Algo debo de haber hecho mal.
Quizás no fue buena idea utilizar polvo para hacer al hombre,
quizás no debería haber plantado al Árbol del Conocimiento
tan al alcance de la mano,
quizás no convino hacer a las hembras tan atractivas
que incluso mis hijos fueron a acostarse con ellas?

No sé, no sé cuál fue mi error,
no lo sé ni me importa,
yo soy de esos que cuando meten la pata
tapan toda huella y destruyen toda evidencia,
así que raeré de sobre la faz de la tierra
a los seres que he creado,
no se va a salvar nadie
ni hombre ni bestia ni reptil ni ave del cielo
el mundo es un quilombo
y me arrepiento de haberlo hecho."

"Por las dudas,
conviene tener un plan B,
no quisiera que por una calentura
se me perdiera el laburo de seis días"
pensó Yahvéh
y díjole luego a Noé:
"Ché, ¿qué tal te ves navegando
en un zoológico flotante?"

(Génesis 19)

Yahvéh las tenía entre ceja y ceja,
insistía, porfiaba, vociferaba que
Sodoma y Gomorra
eran el Eje del Mal,
no se puede seguir haciendo la vista gorda
a las iniquidades que allí se cometen,
es un escándalo, es inconcebible
que esto quede impune.

Sólo necesitaba una excusa,
una pequeñísima excusa,
un detonante que le permitiera
descargar tranquilamente su ira
y que su imagen pública
resultara beneficiada
por ello.

Pero el tiempo pasaba,
las encuestas no lo estaban favoreciendo,
"mucho blablá, compañero"
exclamaba la gente,
"basta de vueltas, hay que pasar a la acción"
cantaban los coros de ángeles,
"si yo estuviera a cargo la historia sería otra"
fanfarroneaba Satán,
así que la solución fue clara:
si la excusa no venía a Yahvéh
entonces Yahvéh iría a la excusa.

Era un plan simple:
enviar dos ángeles encubiertos
a encontrarse con Lot, su agente en Sodoma.
Y los sodomitas mordieron el anzuelo:
eran lindos guachos los ángeles,
unos chongos irresistibles,
estaban para darle masita
y masita le iban a dar.
¡Resultaría el gang-bang más grande de la Historia!
¡Emocionaría a toda la comunidad gay!
¡Culos nuevos iban a tener que comprarse
después de que los conociera la población!

Tocan a la puerta,
plantean sus propósitos,
Lot se horroriza un montón,
no puede permitir que se haga tal maldad:
la hospitalidad es sagrada en Medio Oriente,
violaría este fundamental precepto
si dejara a sus distinguidos huéspedes
en poder de la rijosa turba,
no, señor, no, no, no.

"Tengo dos hijas adolescentes,
vírgenes, buenas gomas, unos culos de aquellos,
bocatto di cardinale,
háganme el favor,
gárchenselas a ellas
y déjenme en paz a las visitas".

La propuesta era tentadora,
las chicas en verdad estaban buenas
y algunos lo pensaron dos veces,
pero la turba no aceptó sustitutos:
estaban allí para culearse unos ángeles
y unos ángeles se iban a culear.

Yahvéh se alegró,
¡por fin tenía un motivo!,
se armó la gorda,
atacó con todo su arsenal de destrucción masiva,
no importó si habían cincuenta, cuarenta y cinco, cuarenta,
treinta, veinte o diez hombres justos,
ni el loro quedó en Sodoma,
el humo subía de la tierra como sube el humo de un horno
y el olor a azufre ardiendo era infernal.

(Gomorra también fue arrasada,
aunque no hubo un motivo aparente,
fue el primer daño colateral
conocido en Medio Oriente.)

Días más tarde,
en la cueva donde se esconden con su padre
(la madre ya es una triste estatua de sal)
las hijas de Lot toman conciencia de la situación,
se enfrentan con la cruda verdad:
"Ya no queda varón en la tierra
que nos la ponga como se debe,
vamos a terminar solteronas
o tortilleras
o adictas al dedo
y al consolador.
¡Que Levi Strauss nos perdone,
curtámonos a papá!"

(Genesis 34 )

Salió Dina a visitar a unas chavarim
y en el camino se encontró con Siquem,
un sheygets que la volvió kakameyne,
absolutamente meshuganah
la dejó a la Dina.
El sentimiento fue compartido,
sonrisa va, caricia viene
y, en el momento menos pensado,
shtup,
una y otra vez,
shtup, shtup, shtup.
¡Oy gevald! ¡Shande!
¡Averah!
¿Cómo vas a shtup con un goy, nena?
¿En qué estabas pensando?

El shlemazel de Siquem,
sin sospechar la que se le venía,
fue a ver a toda la mishpokhe de Dina,
allí estaba tatte Jacob, mamme Lea
y los bruders Simeón y Leví,
que lo miraban torcido.
"Yo amo a su hija, don,
y quiero casarme con ella"
dijo el schmendrik,
tratando de conquistarse
a los makheteyneste.
Los bruders saltaron con una idea:
"Hacete el bris, vos y toda tu chevra,
y después hablamos sobre nuestra shvester".

¡Oy vey ismier!
El nebish de Siquem
convenció a todos de lo conveniente
que iba a resultar cortarse
el prepucio,
"nosotros vamos a tomar a sus mujeres
y ellos a las nuestras,
lo nuestro será suyo y
lo suyo será nuestro,
es negocio,
creanmé".

Y ahí estaban todos los varones heveos
con el putz ensangrentado y dolorido
cuando Simón, Leví y sus chavarim
los agarraron totalmente tsedreyt,
los degollaron a filo de espada,
saquearon la ciudad,
y se llevaron a mujeres y niños
como cautivos.

Simón y Leví justificaron así
su comportamiento frente a su tatte:
"este schmuck no tenía ningún derecho
para tratar a nuestra shvester
como una kurva".

(Genesis 38)

El tipo no le cae simpático a Yahvéh
y lo mata sin dar ninguna explicación,
dejando a la mina viuda y sin descendencia.
El suegro, que quiere nietos,
la casa con el hijo del medio,
al que la idea de embarazar a la cuñada
no le hace ninguna gracia,
por lo que, si bien se la trinca,
acaba siempre afuera.
Mala estrategia,
no sólo porque al Barba
esto no le gusta nada
y lo mata también,
sino porque se genera
un malentendido histórico
y el tipo es recordado
por los siglos de los siglos
como un
pajero.

La tercera es la vencida,
dice el suegro,
y la compromete con
el menor de los tres hermanos,
el gurrumín.
Pero,
como la mina parece ser medio yeta,
por las dudas la fleta a casa de sus padres
(de los padres de ella, se entiende),
no sea cosa de tentar demasiado
al destino.

La mina,
harta de ser tratada como un pulóver viejo,
decide vengarse:
se viste como una puta,
se lo levanta al suegro
cuando este vuelve del entierro
de su jermu
y queda embarazada de mellizos.

¡Pavada de culebrón!

(2 Samuel 11)

Me levanto al atardecer,
acabo de dormir una bruta siesta
y con los ojos lagañosos
y la boca pastosa aún
salgo a la terraza
y me encuentro
con semejante minón
en bolas
bañándose
en el patio
de su casa.



Y yo no me iba a quedar cantando las mañanitas,
entendeme, soy el rey,
y me importó un joraca
que tuviera marido
o que tuviera ganas
de trincar conmigo,
fui, hice la porquería
y mi inmundicia me limpié.



Pero la guacha quedó preñada,
y con el cornudo en la guerra
las malas lenguas iban a murmurar,
así que me lo mandé traer al gil,
soy el rey, ¿m'entendés?,
yo quería que
se la fife a la jermu,
la embarace
y asunto arreglado.



Claro, no contaba con su lealtad y patriotismo,
con su código guerrero, con su ética marcial,
el desgraciado no quería garchar
mientras sus camaradas morían en batalla.



Así que le di el gusto
al hijo de puta
y lo mandé de boludo
a una misión suicida.



Soy el rey, hermano,
y hago lo que se me canta.

(Jueces 11, 30-40)

"¡Ay, Diosito, Diosito,
por favor, por favor te lo pido,
dejame vencer a los amonitas
y te prometo que el primer ser vivo
que se me cruce en el camino
cuando llegue a casa
te lo ofrezco
en sacrificio".



Bien, trato hecho.
La batalla se gana,
el triunfo es nuestro,
y el primer ser vivo
que Jefté ve a su regreso
es su única hija.
"¡Mierda!
¡Esto me pasa
por ser tan ambiguo
en mis promesas!"



Pero lo prometido es deuda
y Yahvéh un acreedor implacable,
así que Jefté ofrece a su hija en holocausto
con la secreta esperanza
de que la historia se repita
y a último momento
aparezca un ángel del Señor
con el indulto en la mano.
Otra prueba más de su ingenuidad:
Isaac era varón
y ella sólo una hembra,
poca cosa,
no vale la pena,
siquiera,
tomarse el trabajo de
recordar
su nombre.
Saurio nació en el barrio de Palermo en 1965 y es uno de los responsables de La idea fija. Principalmente es escritor, pero también pintor, monologuista, historietista, músico, comunicólogo, redactor publicitario, diseñador gráfico, webmaster, traductor, periodista cultural y habilidoso genérico en cualquier cosa que requiera mucho trabajo intelectual y nulo esfuerzo físico. Además de La Idea Fija, mantiene un blog escéptico-literario llamado Las Armas del Reino II y dibuja y guiona el webcomic Cartoneros del espacio.