Carta de presentación.

Jota
mario
lo saluda
él es un hombre como pocos
de medidas palabras y piel suave
cual pellejo de vino
educado en colegios oficiales
pero bebe gustoso con usted hasta altas horas de la noche
y aunque en cierta ocasión llamose a Sí Mesías
Desadaptado o
Genio o
El Que Se Anuncia
no es más que El Que Todo Lo Ve
pero Lo Calla
y le da vuelta a todo entre la boca

II

viene de adentro
de la ciudad
desde los ascensores
desde los teléfonos automáticos
parte la calle con su presencia ambulatoria
con su chaqueta azul
con sus zapatos empolvados
jotamario penetra en los supermercados
pensando siempre en lo que habrá más acá del horizonte
sonriendo a la vendedora de pez y al pederasta
hurtando peras podridas para saciar el apetito
subiéndose a las básculas para ver si conserva su locura
para ver si es la hora del yogurt
sube por la puerta de atrás de los autobuses
y pasea durante diferentes minutos
por desconocidos parajes del distrito
husmeando por las ventanas de las habitaciones
mirando meter goles en las canchas de fútbol
sintiendo que la lluvia le corona de espinas
pero sobre todo camina por las aceras
desperdiciando el éxtasis de la velocidad
extraviado en el tiempo
con la mirada fija en sus anteojos
con dos cartas de amor en el bolsillo de atrás de sus bluejeans
donde le comunican que ha crecido la hierba sobre el lecho
que un recuerdo de carne está esperando
con los brazos asados de impaciencia
y jotamario tuerce por una transversal larga como una espera
y se precipita por ella dándole la espalda a este poema

III

viene de la ciudad a todas horas
y se encamina hacia sí mismo
con su caminado de gangster
y su navaja filuda

IV

yo soy el que no hay
el quinto malo
yo soy el mal que por bien no ha venido
el que mató al suicida en primavera
soy uno de los siete enanitos
que fuimos contra tebas
la trompeta estridente de
charlie parker en el juicio final
yo soy la golondrina que construye el verano
la banqueta de madera que salvara a daniel
cuando estaba en el foso de los leones
el peldaño podrido de la escalera de jacob
el flash de la verónica
cuando el apóstol iba camino a la calvicie
la palangana donde pilatos se lavara las manos
después de haberse metido un dedo por el culo
yo soy la espada de damocles
sobre tu corazón de cabezas de fósforo

yo soy el mal que durará cien años
y el cuerpo resistente

------------------------------


Nada más bello que lavarse los dientes en la ventana con la ciudad que comienza a echar humo
Con la ciudad que levanta persianas
Con la ciudad atravesada por ambulancias de leche
Y piernas de adolescente rumbo a su diversión estival
Con la ciudad donde tu retrato marca la hora de mi muerte cada 5 segundos
Con la ciudad que ha tomado mi forma como el agua
Toma la forma del recipiente donde vive
Escudriñar en el buzón la mano amiga que te habla
Desde un país donde ya es hora de acostarse
Escribir en el muro como propósito del día
Amortiguar el odio
Mírate el pene mientras duermes
Olvidar por segunda vez por tercera vez por cuarta vez
Hasta que se haya olvidado del todo
Meter la mano en el espejo para sacar de él todo lo necesario
Para reconstruírse
Para no padecer hambre sed desnudez o deseo

Y reírse de la locura
Sentado en el anverso de la luna

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Yo, Jotamario, nacido en pleno siglo XX
Bajo las luces de neón de la segunda guerra mundial
(Precisamente el año de la célebre teoría de la fisión del uranio)
Bendecido en el rostro con la primera bofetada pontificial de Pio XII
En una pequeña ciudad del nuevo sur del mundo
Donde mis padres se encontraron desde diferentes países para engendrarme
Primeros llantos clínicos indicadores
Del hombre que ha nacido para pobres designios
Delgado sobre la piel de la tierra
Y de estatura no mayor que una puerta
Sobre un grano de arena del universo
Tendido a meditar sobre el grano siguiente
(Sobre los 9 granos de éste nuestro sistema solar
Y sobre los millones del solar del vecino)
Amenazado de muerte por comerciantes de frágiles esposas
Indignados al encontrar sus muñecas desnudas
Excomulgado bajo fianza por un tribunal religioso
Luego de una intrascendente tentativa de sacrilegio
Indiferente a la lucha de clases
De órdenes de grupos de familias
De la especie de los animales
Y de la especie de los seres humanos
Inteligente como un par de electrodos
Orgulloso como la aguja de una brújula
Iracundo como un guante de box
Aspirando a tocar algún día el centro de la tierra con mi pene
Y sin embargo apto para mirar el cielo
Padecedor de enfermedades secretas
E incurables pero no contagiosas
Declaro al mundo mi pureza
Mi santidad y mi inocencia comprobadas

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La santidad de nuestros nombres
No es santidad de calendario

Somos santos no porque practiquemos el bien
Sino porque tan-bién practicamos el mal

El problema de la existencia de Dios
Es problema de Dios
No nuestro, que existimos

He aquí estos pobres santos que escriben sus sandeces
En sanitarios y sanatorios del Estado
Si pecamos
No somos nosotros quienes pecamos
Sino la sociedad por obligarnos a pecar

Soy un santo moderno porque no me santiguo

Con la puntualidad de un franciscano

Hacemos el amor todos los santos
Días

Santos fuertes como Sansón
Santos como Domingo orando toda la semana
Pronto habrá santos enlatados

Nuestra oración es la blasfemia
Es el beso en los labios
Nuestra oración es el silencio

Los nadaístas somos los verdaderos santos
Y sanseacabó


El profeta en su casa

Vivo en un barrio obrero, en una casa vieja, en pantuflas,
y sobre la misma mesa donde mi padre por las noches
corta los pantalones que ha de entregar al otro día
para que los nueve que somos quepamos en el comedor,
para que el techo no se desplome por las lluvias,
para que en nuestros pies brille el betún de la decencia,
escribo mis poemas herméticos, trastorno la gramática,
me doy en poseer un mundo que no tengo,
leo a Paul Valery y a Tristan Tzara.

Esta mesa donde mi padre ha parido tantos pantalones de paño
ha sentido sobre su lomo también correr mis palabras absurdas,
desde cuando él se iluminaba con una lámpara Coleman
hasta ahora que yo la profano con mis babas intelectuales.
Sus gavetas inmemoriales aún sirven para guardar las tijeras,
metros de setenta centímetros, libretas con medidas de clientes
que hoy tendrán hijos con las mismas, muestrarios de paños ingleses
anteriores a la invención de la moda,
y las grietas de su madera con tiza de polvo se han llenado.
Entre sus patas se levantó mi infancia
contemplando a mi padre en el billar de su trabajo
con tantas ilusiones puestas en mí cuando creciera.
Mi educación fue pagada con panes
que el tiempo multiplicaría.
Pero crecí para la indiferencia, para el ocioso sol, para los sueños.
Sólo las piernas del amor, sólo las copas de la risa,
en los colchones del nihilismo perdí las plumas de mi vuelo.

Escribo mis poemas herméticos, pero de vez en cuando pienso.
Pienso, por ejemplo, que esto debe cambiar,
que debemos sonreir todos de la sala hasta la cocina,
estara l lado de la vida como las matas de los tarros,
cantar victoria bajo la ducha de las mañanas esplendentes.
Que mis hermanas no se avergüencen cuando en la calle les preguntan:
"¿Qué está haciendo ahora su hermano?"
"¿Cuándo se va a afeitar la barba?"
"¿Si es tan inteligente por qué no trabaja en un banco?"
Pero el diablo me hizo poeta para que ardiera en plena vida.

Los buses pasan veloces rumbo a la guerra del día
levantando una polvareda bestial que penetra en la casa
por las ventanas, por el techo, por las hendijas de la puerta
dejando rucio el hermetismo de mis poemas y lecturas.
Estornudo como un buen burgués que se ha resfriado en los montes alpinos.
Blasfemo entonces y en bata de baño salgo a la calle a descansar
y veo muchos niños descalzos con coladores de café
persiguiendo a las mariposas que el invierno ha mandado adelante,
y veo el perro corriendo detrás de las motocicletas
o levantando la pata contra los hidrantes resecos,
y veo muchos hombres con palas cavando surcos en la calle
para sembrar alcantarillas más modernas y poderosas.

La señora que aplica las inyecciones pasa con su maletín descosido
y me saluda buenas tardes jóven cómo está su mama
y mi mamá cante que cante en la cocina frente a una pila de platos
o frente a mis camisas sucias que aún acaricia con ternura.

Un niño se acerca a la puerta a pedirme que le venda un helado
atraido por el aviso que clavó Estrella en la ventana.
Yo le digo que la nevera está dañada
(en realidad me da mucha pereza venderlo).
Y el niño se marcha con su cabecita pelada
recibiendo el yoyo del sol que sube y baja en el firmamento
y una pelota de caucho que le lanzan desde la otra cuadra.

¿Cómo encontrar palabras que digan algo que no es algo?
En la esquina varios obreros pulen zapatos en un torno
y por sus pechos sin camisa rueda el sudor de la alegría
y me provoca ir a sentarme junto a ellos a oirles hablar
de sus cosas particulares, de sus familias, del engrudo,
de los campeones de box, de las chicas del "Tunjo de Oro"
pero me da miedo aburrirlos, sé además que me tienen bronca
pues piensan que soy un inútil y un haragán de siete suelas.

La muchachita que trabaja en el almacén Sears, estudia inglés
y usa una falda roja demasiado ceñida para su edad
sale a esperar el bus apresuradamente y me sonríe
como si ya estuviera muerto.

De la carpintería
emerge el olor de la cola, virutas vuelan por el aire,
canta la sierra circular construyendo pupitres.

Hay tantas cosas para mirar en esta calle,
los nidos en las cuerdas de la luz, la rata
muerta desde el sábado en periódicos del viernes,
el tendero dormitando bajo su parasol
con el bigote bombardeado por los moscos,
el albañil poniendo tejas en la casa nueva
y gritándole al ayudante que le suba el martillo,
en este ambiente es imposible ser un poeta hermético, digo,
qué clase de poeta soy yo que me emociono con la vida,
calzo mis arrastraderas y me entro a acostar
porque no demoran en salir de la escuela los niños con sus caucheras.


Alguien barre la casa

¿Quién estará barriendo el ala norte de la casa
donde vivió mi tía, a esta hora
de la noche en que duermen los restos de la familia,
los que vamos quedando con más puesto en la mesa de los recuerdos
si los vecinos han salido de vacaciones con sus niños y gatos y servidumbre
y el tío Emilio se fue de pesca,
esta hora de lobo que espanta las pesadillas
y despierta medio litro de sed en el pozo de la garganta?
No creo que sea la abuela.
Desde su desdichado accidente descendiendo del autoferro
que obligó al fémur de platino y a renunciar a los tamales
que preparaba los domingos para toda la parentela
sabemos que por nada del mundo se atrevería a tomar el palo de escoba
y menos para ir a la medianoche
a barrer los recuerdos de la hija más querida
a quien el corazón le jugo una mala pasada
mientras pintaba la puerta de su cuarto con un sapolín amarillo
dejándonos sin sus cariñosas respiraciones al espejo de los ojos.
¿Será Jorge Giraldo? Imposible,
si su esposo ha salido de cacería
con los ojos llorosos desde el día de sus funerales
y hasta el día de hoy no ha vuelto con un venado.
¿O tal vez es el viento con sus pasos de escobilla de jazz en el eternit?
¿o el comején cenándose el entablado?
Pero el caso es que alguien está barriendo la habitación donde la tía Adelfa aromatizaba,
escuchaba el radioperiódico, pespunteaba en su máquina de coser
tarareando esos aires de la montaña
a los que de vez en cuando pone mi padre la música de un silbido.
Yo no creo en fantasmas y mucho menos en el fantasma de mi tía Adelfa
quien murió de blanco rodeada de la corte de sus sobrinas
escuchando un pasaje bíblico que mi hermano le susurraba.

Deben ser los ladrones.


Santa Librada College

A parra el barrendero
al profesor varela, de preceptiva y contraceptiva literaria
a un exrector, armando romero lozano, a su colmillo de erudito
a buenaventura enrique, exalumno

 
laberinto
 
en tu piscina
me bañé desnudo
como un ángel
 
burlé la vigilancia
del vigilante
 
salté la verja
jugué billar en la cantina
de la esquina
asistí a cine al Alameda
 
me paseé por tus corredores
como el emperador de abisinia
por abisinia
 
a pesar de que no era
bruto
nunca pasé en geometría
del 3, 14 16
 
con compañeros diferentes
como triángulos
semejantes
hicimos fraude en los exámenes
isócel
o escalenamente
 
en las fiestas patrias
salíamos uniformados
de blanco
y yo no portaba la bandera
porque estaba mal peinado
y pertenecía al escuadrón número 12
 
ojo de águila el bibliotecario
vigilaba los libros
temeroso
de mi cuchilla sobre los desnudos
recortando la hernia
de afrodita
o me burlara del mahabarata
 
en clases de filosofía
me dedicaba al ajedrez
y en un lance
afortunado
le di jaque doble
con el caballo
al rey
y a parménides
 
el vicerrector
hacía la ronda
por los salones
 
el vicerrector
apuntaba inflexible
las irregularidades
 
el vicerrector
era el rector
dos veces
 
el profesor de química
tomaba tinto
en un crisol
leía sus noticias en la tabla periódica
después nos hablaba del hidróxido de cadmio
Cd(OH)2
del electrón borracho
de los que no asistieron a misa
el domingo
de la desaparición de un erlenmeyer
del ultramicroscopio
del cuaderno de notas
y de algunos elementos
por descubrir
 
el profesor de dibujo
con su paleta
nos explicaba las perspectivas
del arte
nos abría todas las puertas
para la imaginación
inclusive las puertas
de la calle
 
en el interior de los sanitarios
junto con otras frases
burguesas
leí las primeras protestas
revolucionarias
"abajo el estado de sitio"
"cátedra libre o muerte"
"no queremos ir al cuartel"
"los de cuarto B son homosexuales"
y como si no tuviéramos bastantes
"más libros menos armas"
 
el profesor de literatura
que no había leído a jacques prévert
ni a breton
nos enseñaba a rimar como fray luis
de león
y nos decía
que "la maría"
era casi una poesía
 
le professeur de francais
parlant de brigitte bardot
et de la guerre dans sa patrie
(voici l'oportunite
de je dire
merde)
 
el profesor de historia
con su figura de mapa
de américa
nos explicaba
sinceramente
que no hubo tal decadencia romana
sino más bien una desvalorización
del sestercio
 
clase de biología
el profesor no encuentra la fórmula
en el laboratorio ni en el libro
el profesor ensaya en un tubo
la efervescencia de la vida
el profesor espera el resultado
de sus experimentaciones
 
el profesor de urbanidad
llegaba puntualmente
pulcramente
no fumaba
tosía
ni gritaba
se iba
 
el dentista nos sacaba las muelas
y dejaba
caernos en las ingles
trocitos de algodón que él recogía
pecaminosamente
 
el profesor de geografía
bechuanalandia capital mafeking
ensenada de utría
primer productor de petróleo
informe del padre lebret
hasta la página cuarenta
lo mató un taxi distraído
en cali-colombia
no lo volvimos a ver más
 
el profesor de música (una dama)
daba la mala nota
pedagógica
nos daba de dormir en sus conciertos
mostrándonos los muslos fusa a fusa
sostenido a bemol
fa
mi
re

do
 
el profesor de religión
nos exortaba
al arrepentimiento
nos hacía pruebas sobre
la existencia de dios
escuchaba mis objeciones
con abatimiento de crucifijo
y a él y a dios
los salvaba
la campana
 
el profesor de cátedra
bolivariana
venía
envuelto en su "everfit" como en el manto
de iris
se separó del cargo
cuando se persuadió de que desconfiábamos
de su desprendimiento
 
el profesor de contabilidad
es un pequeño asiento
en mi memoria
 
el médico nos examinaba
lso testículos
nos preguntaba por las muelas
podridas
nos entrevistaba el corazón
con el estetoscopio
y nos recetaba un purgante
cada tres meses
 
en el recreo
nos tirábamos pepas
de frutas
pedazos de panela
con ganas de matar
lanzábamos los libros
de biología
los cuadernos de química
contra las paredes
para ver si explotaban
quemábamos los almanaques
porque nos gustaba el verano
nos entintábamos las manos
de saludar
golpeábamos el escroto
de los estudiosos
algunos de sexto fumaban marihuana
escondidos en el museo
 
la enfermera
prestaba los primeros
auxilios
a los que lesionaban
jugando fútbol
o se daban
contra las alambradas
de la iglesia
 
los vigilantes o los profesores
tomaban tinto mientras
se robaban las bicicletas
 
francisco de paula santander
en el patio mayor
era entonces
una base de béisbol
 
durante las sesiones
de clausura
se entregaban los diplomas a los inscritos
en sexto
había discursos
misa
risa
copas de vino
humo de pipa y cigarrillo fino
premios al mérito
a la asistencia
a la constancia
a la fe
a la esperanza
alvarado luis carlos (aplausos)
acevedo argemiro (aplausos)
aragón luis alfonso (aplausos)
arbeláez jotamario (aplazado)
 
santa librada college
tea no atea
mildoscientos alumnos
pararrayos
setenta y dos salones
discoteca
prestigio nacional
cincuenta y cinco
profesores idóneos
secretario
 
santa librada
college
yo no te debo
nada
 

Cali, Enero 1960



Colegiala desnuda

Regresa la niña del colegio
Quién sabe qué pensamientos oculta su cabellera negra
Seguramente el profesor calificó mal su tarea
Seguramente que le tocó los senos
Seguramente le prometió un confite
Regresa a su casa la niña que querría ser desencuadernada
Que gustaría ser repasada por un lector ávido de conocimientos
Regresa con el ánimo de despojarse de sus vestiduras
De estrenar su desnudo para ponerse cómoda
Para poder pensar sin problemas en la regla del tres
Regresa la niña con ganas de chupar un bombón
Y chupando bombón piensa la niña que debe haber algo más dulce
Y la sangre circula como miel por su panal florido
y ella siente la voz del atavismo cosquilloso que le dice que para poder aprender hay que despojarse
voluntariamente de todo
Y deseosa de aprender ella se va quitando el vestido
Ese vestido de colegio que con tanto cariño le cosió su mamá
La blusa blanca de infinitos botones
La falda azul ajustada con un gancho de nodriza
Los zapatos del uniforme
Las medias tobilleras que escalan sus piernas derechitas
El brassier que contiene principios básicos de trigonometría
Los calzoncitos de amoníaco
Carpa bajo la cual acampa la prodigiosa respiración de la reina de Saba
Mosquitero de los deseos
Atarraya del poniente
Cabo Cañaveral del cohete carnal
La niña sabe que hay un cinco rayado en mitad de sus piernas
Un coño bien calificado
El honroso diploma
con el cual se gradúa
profesional en el amor
Colegiala del alma
míreme
¿qué piensa hacer cuando esté grande?


Poeta de salón

Encaramado en una tarima
donde me subiera el maestro de escuela
con vestido de paño negro
de corbatín
y rodeado por las madres de todos
mis cuatrocientos compañeros

me tocaba sin haber cumplido siete años
declamar como un homenaje en su día
las poesías que le habían hecho
anticuados poetas a su mamá

Mi padre seleccionaba los temas
me enseñaba la mímica
me indicaba dónde debía
reforzar la elocuencia
o dejar caer la voz para lograr ese efecto
que hacía a las madres venirse en llanto

Entre todas ellas la mía
brillaba por su juventud y belleza
y su rostro reventaba de orgullo
ante el líder de sus entrañas
dominando la multitud

En vista de mis éxitos
repetidos en este campo
durante los años elementales
ya no tan sólo con las madres
(lo cual era batalla fácil)
sino con la patria y con la bandera
con el educador y la Virgen

me inculcaron otro tipo de poesías
igualmente de salón recitables

Y en medio de cualquier reunión o tomata
no era extraño que una tía silenciara a la concurrencia
desconectara la radiola
y pidiera que el niño
nos recite aquí en este asiento
el Duelo del Mayoral y Claveles Rojos

En los primeros tiempos
yo me sentía halagado
de ver ojos brillando
por la emoción o por las lágrimas
de escuchar pujantes elogios
a mi voz aterciopelada
y los atronadores aplausos
del distinguido

Pero seguí creciendo en entendimiento
y ya no sólo en casa sino en casa de los vecinos
y donde meros conocidos
donde llegaba de visita
y hasta en la casa de la novia
me seguían pidiendo las mismas
recitaciones

Tan sólo entonces comprendí
que me estaban
mamando gallo

Desde entonces detesto la poesía


Mi amigo "El Enmaletado"

Ya a nadie te pareces ni vivo ni muerto.
ANDRE BRETON

1. El pasajero de las maletas
En las bodegas de una empresa de transporte terrestre
que hace el recorrido Bogotá-Cali
fueron halladas dos maletas de elegante aspecto
que viajaron sin pasajero
y que en vista de que no fueron reclamadas por ningún destinatario
y comenzaban a expedir un insoportable hedor
fueron abiertas por el personal de la empresa
en presencia de numeroso público
hallándose en ellas el cadáver impecablemente descuartizado
de un hombre de alrededor de treinta años
en incipiente estado de descomposición.
Las autoridades se muestran perplejas.

2. Empacando para un mal viaje
Ni siquiera sabía que se llamaba Jaime
Cada vez que le veía le decía "Quiay hermano"
Él se levantaba un poquito el sombrero como diciendo venga
Y hacía ademán de sacar algo prodigioso de debajo del poncho de rayas que casi nunca se quitaba
Era uno de esos manes que raramente hablan con alguien a no ser con los ojos
Unos ojos duros de amigo gastado para la ternura
Entre los cuales su nariz presentaba la evidencia de un puñetazo
Pegado por la vida en quién sabe qué encrucijada
A lo sumo le hablaba a uno en una prosa vaga de los progresos de Hernán en la Agencia
Y del gran concierto de rock que estaban organizando en Yumbo
O de que en Jamundí estaban creciendo unos hongos
Como para echar dedo esa misma noche
A veces se me pegaba en las ceremonias de música
que muy dichosamente celebraban los jóvenes acuarios al descubierto
Y deseaba sobre todo algún día escuchar personalmente a los "Muertos Agradecidos"
Hoy que lo veo en el periódico en pedazos reconocido por su madre
Luego de un crimen horrendo que ha erizado las espinas dorsales
Y hallo en mi cofre de secretos una foto viejísima donde disfruto de la vida con la risa de mi mujer
Mientras al fondo contra un muro el hoy descuartizado de las maletas nos observa con su bigote silencioso
No me queda más que rogar por él a los seres extraterrestres
Que él dijo ver en Machu Pichu.

3. "El Enmaletado" se saca el clavo
Contaron sus manos y sus pies,
contaron los dedos de sus pies y sus manos,
contaron los pedazos en que vino su tronco,
faltaban las primeras falanges de sus pulgares,
faltaba parte de su miembro.

Se temió un ajuste de cuentas en el reino sórdido del hampa,
se temió un sobreaviso entre palacios de la misma mafia,
se temió una venganza ejercida por un escuadrón de la muerte,
se temió una pasión criminal entre homosexuales.
En el humilde cementerio de Siloé
dieron sepultura a sus restos,
guardaron su cabeza en una nevera,
en los periódicos publicaron un retrato de esa cabeza.

Es mi hijo, es mi hijo, dijo una dolorosa mujer al abrir el congelador
Ya le había dicho yo que no anduviera en tratos con esa gente.
¿Con cuál gente? preguntó el Inspector vislumbrando un oriente hacia alguna pista.
¿Con cuál gente? Con la gente esa de la droga.
¿Está usted segura de que es su hijo?
El corazón de una madre no engaña nunca. Desentierren sus restos,
Un clavo de platino le atraviesa la rótula.
Se había ido de casa hace quince días.

Pero Jaime regresó a casa ese mismo día
y le dijo a su madre que qué clase de madre era
que lo había confundido públicamente con aquella piltrafa humana.
El inspector de todas formas practicó la autopsia a la pierna izquierda
y en el sitio donde la madre con su dedo había señalado
el clavo de platino estaba brillando.
Jaime volvió a la barra de los amigos con el corazón destrozado
alegando que él no había tenido nunca nada que ver con ninguna mafia
y que cuidadito con alguno ir a hacerle algún chiste malo
porque a aquel que lo hiciera algo aún más terrible podía pasarle.
Y arrancaba a correr avenida arriba del Café de los Turcos
persiguiendo un balón y pateándolo como nunca
con una zurda completamente sana.


El macho cabrío

Sales a la calle y revientas de sensualidad por cada uno de tus poros
Niños y niñas tomando sus autobuses de leche rumbo a la escuela para perderse del placer
placeres en sí mismos esos potes de carnezuela
o es que usted no se ha detenido en la libidinosa mirada de un niño que tropieza en mitad de la calle
o es que no penetra su imaginación bajo sus uniformes blancos con cintas
o es que su piel no vibra con la modulación de la palabra fresca y candor?
Una mujer hermosa esposa probablemente de un edecán de la industria con traje negro geométrico que
lanza su cuerpo hacia afuera cabello rubio pecas rubias gafas oscuras muslos de tafetán
muslos de tafetán bajo nalgas de guardabarro
nalgas de guardabarro sobre predisposición de los días piel quemada al espejo senos para recordar en la guerra
bajando del automóvil
cerrando los vidrios de las ventanillas
parpadeando esos ojos de resplandor cuando miran al cielorraso
y tú piensas en la madera de la cama de su marido
en el color del bidet que refresca su frecuencia de caminata
en esa manga de fotógrafo asolada por un mal de san vito
en ese túnel del amor atrayendo tu boca pata de cabra con piel de lobo sobre carne de oveja
en zig zag
como quien no quiere la cosa
como presa exquisita para tu paladar de vegetariano
vegetariano del amor que nunca ha usado un trinchante
que no ha metido su cabeza entre las fauces de la fiera de uñas filudas y feroces
de uñas de esmalte sacasangre
Se topan vírgenes con otras que han sido poseídas hasta el Japón
Alzan la mano para pedirte limosna calientes cuerpos de miseria que llevarías hasta tu tina con el pretexto de un pan
Tras las vidrieras de los almacenes muchachas de perfume y salón de belleza muestran entre sus dedos bultos
de nylon transparente que entrará por dos piernas
o exhiben sobre sus rostros los mágicos afeites y polvos de la madre celestina dorothy gray
y te miran como diciendo vuelve a las seis estoy libre
los hombres como que no se dan cuenta que las mujeres queremos
ser empujadas tras los portones
queremos ser violadas entre los cables de la luz
Y en la casilla de teléfonos la estudiante universitaria que revienta de ganas
a la que bastaría con hablarle del Kinsey Repor la mano sobre la cabeza
e invitarla a un café dándole la impresión de que uno es un caso de estudio
digno de ir hasta el resorte del colchón de la trampa
Pero también sentir los choques de cuerpo a cuerpo en las colas del cine
(sin entrar a ese cine)
Pero también leche de pastelería desde mesa estratégica para abrir a la fuerza con tu mirada todo muslo cerrado
Pero también ya no aguantarte y mandarle la mano al curvo culo de la mujer del más prójimo
Y rayarle la madre a quien se disguste


Santa Librada College Two

A Mario Suárez Melo y
Armando Holguín Sarria,
abogados titulados

Las madres
hacen cola
bajo el sol
secundario
de las tres
de la tarde
traen consigo los papeles
autenticados
la partida de nacimiento
del estudioso vástago
las calificaciones
obtenidas en la primaria
las recomendaciones
de políticos influyentes
las fotos de tres cuartos
del agraciado
el dinero de la matrícula
y salen
insoladas y satisfechas
por haber logrado meter
su muchacho
en el mejor colegio de cali
financiado por el gobierno
En la raiz cuadrada
del recuerdo
aparece con números
y letras
el profesor de álgebra
importado
del matemático infinito para
darnos a conocer el menos uno
el encargado
de la mapoteca
una especie de atlas
alfeñique
no se podía explicar
por qué Colombia
sin estar sita en centroamérica
costas tenía en dos mares
el profesor de preceptiva
aconsejaba leer a los clásicos
si es posible en sus lenguas de origen
y no leer traducciones en prosa
de los épicos poemas antiguos
declaraba que no había nada en el mundo
comparable en medida belleza
a una oda de anacreonte
al salir de recreo
nos regalaban una acema
(pan de afrecho y harina)
y un pedacito de panela
el suplemento alimenticio
decretado por el gobierno
para que el estudiante proleto
repusiera sus energías
nunca supimos adónde iba
nuestro vaso de leche
tres tristes profesores
de trigonometría
comieron en el mismo
plato
tigres tristezas
En los terrenos adyacentes
a los estrictos del colegio
cedidos por el municipio
para hacer una zona verde
siendo las cinco de la tarde
se encontraban los púgiles
allí guerrero me reventó las narices
allí le puse un ojo negro a collazos
allí collazos por poco mata a guerrero
el profesor de cívica
nos enseñaba los deberes
y los derechos ciudadanos
en un país que ya llevaba
diez años en estado de sitio
en la sala de profesores
fumando pucho
cuántas veces no estuvo en peligro
de expulsión fulminante
el que llevó al salón en una revista
una mujer desnuda a todo color
el que renegó públicamente de su religión
para no tener que asistir a la santa misa
el que tiró una piedra contra el gobierno
de las fuerzas armadas
el profesor de instrucción
física
con su pito en la boca
nos enseñaba a saltar con garrocha
a lanzar jabalina
a nadar mariposa
no ganamos medalla olímpica
en ningunos juegos atléticos
forman los escuadrones
frente al tricolor nacional
se escuchan las notas patrióticas
compuestas por oreste sidicci
me escondo de esta pantomima
detrás del palo de tamarindo
contra el que orino largamente
con la paloma de la paz parada
the professor of english
teach us to live
and to write with correction
"gringo go home"
los alumnos más avezados
pichones de águila política
salen a pulir su oratoria
los viernes a los barrios pobres
a la sombra de los "caciques"
se entrenan en prometer vanamente
la redención de los entes humildes
ya mario suárez melo se compro a curzio
y armando holguín subrayó a maquiavelo
el profesor de anatomía se sienta
con sus ciento ocho huesos bajo el árbol
a masticar con sus treinta y dos dientes
su manzana podrida y con sus cinco
sentidos vigilando nuestros juegos
respira acompasado y en su globo
del ojo se repiten nuestros goles
que atraviesan la malla de su tímpano
hasta que su vejiga se lo lleva
al salón de mosaicos amarillos
es inminente
la visita
de los señores
inspectores
del ministerio
de educación
investigarán el nivel
académico del alumnado
investigarán la moral
del honorable cuerpo de profesores
investigarán si hay torturas
como comienza a temerse en la calle
el profesor de todo
llegó de roma
y no encuentra entre cientos
quién se lo aguante
el profesor de roma
llegó del todo
y en el colegio lo enchufaron
de todos modos
en el silencio
de la discoteca
se conspira hasta tarde
preparando el chancuco necesario
para salir airosos
en los exámenes finales
al profesor de aritmética
lo apodaban "pichita"
al de algebra "atila
rey de los unos"
al profesor de cívica
"marranito"
"pájarito" al de química
al de biología "chélula"
al vice "morocho"
"cabecelata" al de gramática
"mango viche" al de castellano
"don roque" al de dibujo
al de inglés y francés "el mudo"
y "cuchufleta" al de lenguaje
fundado por el general santander
como patio de tropas
santa librada college es hoy
a los ojos del mundo
un sitio donde los bachilleres
de escasos recursos
se rebuscan el conocimiento
el padre silva tuvo
la gentileza
como rector y como padre
que entonces era
de permitir
que en la sesión solemne
de clausura
se me entregara sin las firmas
del secretario
de educación y sin la suya
el diploma consagratorio
de bachiller en blanco
de que hoy me ufano
sarria corrió con el diploma
calcó las firmas
del galardón de su hermanastro
que habían graduado
el año antepasado
del que hoy aludo
en esa forma durante la fiesta
que celebraron
en mi casa tirando
por las ventanas
las puertas que quedaban
del sacrificio
que demandó mi educación
pude exhibir el fraude
con toda flema
y hasta el doctor rosales
siendo homeópata
como una píldora dorada
se tragó el cuento
espero que mi padre
que en paz descanse
piense hoy que en esta vida
que no es muy larga
no importa no graduarse
bachillerato
si uno es perseverante
y a largo plazo
tiempo le dan la risa
y la poesía
para sacarse el clavo
y volver a clavarlo
del otro lado 

Bogota, 1980