La implosión de un gastrócrata: un experimento en autofagia
Frank Roger

Recorte # 1 (tomado de un semanario regional)
Cuando el señor Laurent Malherbe apareció con una mano vendada en La Rosa de Papel, el pub local donde él es uno de los parroquianos, todos sus amigos y compañeros de bebida, entre los que se incluye este reportero, supusieron que había tenido un accidente mientras arreglaba algo en su casa. Sin embargo, Laurent rápidamente nos aseguró que no había nada de que temer. La mano vendada, explicó, era el resultado de un experimento en el que se había embarcado luego de ver un programa de TV sobre un hombre que comía bombitas de luz y piezas de bicicleta. "Mire", me dijo tomando una pinta de Guinness, "comer bombitas de luz y otros objetos que usualmente se conisderan incomibles puede parecer algo sensacional, pero es en realidad un acto vacío de sentido. Un hombre que come bombitas es un fenómeno, pero nada más que eso. Sin embargo, el ver a este hombre alegremente mascando esos fragmentos crujientes me inspiró a intentar algo más profundo y con más sentido. Decidí comerme un fragmento de mi propia carne". Orgulloso, levantó su mano vendada y dijo "Me corté la punta del meñique, le saqué toda la carne, pulvericé el hueso y me lo comí todo. De esta manera, mi cuerpo se tragó una parte de sí. Sólo piense en los fundamentos filosóficos de un acto semejante. Y, fíjese, esta fue sólo la fase inicial. En los últimos días me corté y comí otras puntas de dedos, y en este momento estoy pensando comenzar por un lóbulo de la oreja o algo por el estilo. ¡Tenga la seguridad de que le iré informando de mis progresos!" Luego Laurent Malherbe centró toda su atención en su Guinness y sus amigos, y se entreveró en una agitada conversación. Tengo la impresión de que vamos a saber más de nuestro querido amigo en el futuro próximo.


Recorte # 2 (tomado de un diario nacional)
El señor Laurent Malherbe, un hombre de cuarenta años de edad de la zona del Gran Londres, está forjándose una considerable fama desde que dio a conocer su atrevido plan de realizar un experimento del que no existe registro histórico de intentos anteriores, para citar sus bastante grandilocuentes palabras. El hombre viene comiendo regularmente partes de su propio cuerpo, comenzando por las puntas cercenadas de sus dedos, sus lóbulos de las orejas, capas de grasa y callos que fueron extirpados con precisión quirúrgica por sí mismo, y otras partes que consideró superfluas y, por lo tanto, disponibles para consumir— o tal vez bio-reciclar sería una mejor denominación. Hasta hace poco la atención de los medios hacia el notable experimento del señor Malherbe se limitaba a unos pocos periódicos regionales y nacionales pero el anuncio de su próximo "Gran Paso" lo llevó a que le realizaran su primera entrevista televisiva. "Es mi intención," declaró Malherbe ante las cámaras, "extirpar uno de mis testículos y comerlo. Cada nueva fase de mi experimento sólo sirve para agudizar mi apetito, si se me permite utilizar este término excepcionalmente apto, de dar pasos mayores y más audaces para avanzar por el camino elegido. Actualmente estoy considerando la posibilidad de que se me extirpen partes de mis tejidos internos y espero comer tanto de mi propio cuerpo como sea posible médicamente. Siento la curiosidad de conocer los límites de esta autofagia, para usar el término que acuñé para mi empresa. ¿Cuánto de su propio cuerpo puede perder un ser humano? ¿Hasta dónde puedo llevar esta desconcertante ingesta de mí mismo? ¿Cuál es el impulso profundo de este compulsión, esta ambición aparentemente sin sentido? O, para decirlo sin rodeos: ¿Puede uno comerse a sí mismo?"


Recorte # 3 (recuadro de un artículo en profundidad publicado en una revista)
"Luego de verlo a Laurent hablando en TV acerca de sus planes decidí comenzar con campañas de recolección de fondos" dijo Jennifer Sandoval (29), una empleada bancaria de Londres y miembro activo de la recientemente fundada Sociedad de Apreciación de Laurent Malherbe. Ella es sólo una de los muchos hombres y mujeres que eligieron brindarle un apoyo activo a la extravagante cruzada de Malherbe en busca de la autoconsumición. "Rápidamente me di cuenta" confiesa Sandoval "que Malherbe se iba a encontrar muy pronto en problemas financieros, los cuales iban a cercernar todas sus esperanzas de alcanzar el éxito. Me movilicé y descubrí que otras personas estaban dispuestas a apoyar su loco plan, así que fundé la Sociedad y ahora ayudamos a que Laurent se mantenga en camino hacia el destino que eligió. Pensamos que él se merece todo nuestro apoyo infinito". Aún necesitamos presentar a Laurent Malherbe, el hombre que se está mordisqueando a sí mismo, y que parece listo para continuar masticando hasta que no le quede nada en lo que hincar el diente – ¡suponiendo que él todavía tenga dientes para ese entonces! Cuando Malherbe se comió la punta de sus dedos y los lóbulos de sus orejas sólo atrajo la atención de la prensa de su localidad, pero ahora que fueron extirpados sus testículos y partes de sus órganos e intestinos consideradas no imprecindibles para la vida y desaparecieron a través de su esófago, se regodea recibiendo la completa atención todos los medios de comunicación. No sólo sus grandiosos sueños dieron origen a varios clubs de admiradores en el Reino Unido y el extranjero, sino que también produjeron controversia y surgieron las duras críticas de los círculos religiosos y conservadores. Sin embargo, Malherbe parece determinado a continuar con su misión, especialmente ahora que sus cuentas médicas cada vez más abultadas se pagan con los fondos recaudados por la Sociedad de Apreciación que lleva su nombre y por varios de sus clubs de admiradores. "Me siento más estimulado que nunca" declaró para este medio "sabiendo que tanta gente me apoya en forma activa, y pone su dinero donde dice". Malherbe, por su parte, parece que optó poner su cuerpo donde dice, ¡en su boca! En su última aparición televisiva, anunció sus planes de extirparse lo que queda de sus genitales ("partes completamente irrelevantes de mi cuerpo considerando mi vida actual") y de que le amputen los dedos de sus pies y la mano izquierda. ¿Se animará este hombre a llegar hasta las últimas consecuencias? Probablemente su próxima entrevista lo revele. Esta historia continuará, sin duda.


Recorte # 4 (carta del Correo de Lectores de un diario)
¿Por qué todos los diarios del país le prestan tanta atención a este chiflado de Malherbe? Diría que están sucediendo cosas en el mundo más importantes y más dignas de cobertura. Pero no, un hombre que se come su propio pene es infinitamente mucho más interesante para las masas ávidas de sensacionalismo, un hombre que ahora está confinado a una silla de ruedas luego de perder sus pies y la parte inferior de sus piernas gracias a su insaciable apetito, un hombre que parece dispuesto a sacrificar cualquier cosa con tal de que aparezca su cara en la TV y en la portada de los diarios. Por favor, no cometan en el error de caer en el amarillismo sensacionalista de los tabloides y dejen la cobertura de este hombre y de los infelices que militan en sus clubes de admiradores a los periódicos psiquiátricos especializados para los cuales este "caso" podría tener algún interés científico.


Recorte # 5 (del resumen de noticias de un semanario)
Cuando usted lea esto, la actual sensación número uno de los medios, Laurent Malherbe, cariñosamente llamado "El Hombre que se Come a Sí Mismo", se habrá convertido en un hombre sin piernas atado a una silla de ruedas y conectado todo el tiempo a una cantidad de máquinas que lo mantendrán con vida ya que algunas partes vitales de su cuerpo fueron extirpadas, su espíritu empresarial parece haber salido indemne ante su empresa. Ahora que su plan de consumir tanto como sea posible de su cuerpo ha llegado a un punto crítico, y que las facturas médicas han sobrepasado el nivel que puede ser cubierto por los esfuerzos de sus admiradores dedicados a recolectar fondos, Malherbe le vendió al Sky Channel, por una considerable suma de dinero, los derechos exclusivos para televisar el progreso de su hazaña — y sin duda esta suma será más dinero que lo que costará todo el plan. Primero, esto asegura que su "experimento de autofagia" llegue a completarse, ya que los problemas financieros serían el único obstáculo posible para alcanzar el éxito, y segundo, le brinda al Sky Channel una audiencia garantizada de varios miles (¿o millones?) — y por lo tanto, con tarifas de publicidad que subirán a alturas siderales. La pregunta maldita, sin embargo, persiste: ¿Hasta qué punto piensa Malherbe llevar a su demente plan? ¿Se animará, como sus admiradores más acérrimos aseguran, a ir "hasta el fondo"?


Recorte # 6 (de una revista mensual líder)
Un reportaje con Laurent Malherbe
Sr. Malherbe, ¿Cómo describiría su presente condición?
Malherbe: ¡Me siento grandioso! No, por supuesto, eso no es lo que usted quería oir. Déjeme entonces que se lo diga de esta manera: Soy un hombre sin piernas, sin brazos, sin partes pudendas, sin cabellos, sin... bueno, sólo digamos que soy un hombre reducido a sus componentes esenciales. Todavía estoy totalmente vivo, soy feliz, todavía tengo ambiciones que deseo llevar hasta sus límites, todavía tengo esperanzas y sueños, tengo todo lo que se necesita para ser un humano con todas las de la ley.
Pero sin todo esos equipos médicos a los que usted está conectado se moriría en instantes.
Malherbe: Eso es cierto, pero ¿acaso no es también cierto en el caso de muchas personas discapacitadas y sin embargo se los considera seres humanos completos? El hecho de que llegué a mi condición actaul de forma intencional es totalmente irrelevante. Un hombre es más que su mero aspecto físico externo. Mi alma está intacta. Mi mente vibra como nunca lo hizo. Mi pensamiento es de una lucidez clara como el cristal. Estoy más convencido que nunca de que elegí el camino correcto para mi realización personal. Y seguiré este camino hasta su auténtico final.
¿Todavía cree que no ha probado lo suficiente?
Malherbe: ¿Es que probé algo? Apenas probé que te podés cortar algunos pedacitos aquí y allí y bajartelos con un vaso de agua, por decirlo de alguna manera. La parte dura aún está por venir. ¿Puedo comerme mis pulmones y sobrevivir? ¿Mi corazón? ¿Mi cerebro?
Seguramente usted no habla en serio.
Malherbe: Tenga la seguridad de que sí lo hago. Para citar a una vieja estrella de cine que deberá quedar en el anonimato: "Aún no han visto nada". Voy a intentar hacer lo que algunos aún consideran imposible y continuaré comiéndome partes de mi cuerpo que se consideran vitales. Tengo la determinación de llevar este experimento hasta sus límites más extremos.
¿Va a ir "hasta el fondo", como sus admiradores corean?
Malherbe: Voy a ir tan lejos como sea humanamente posible. Muy pronto quedará claro cuán lejos es eso. Sin duda será mucho más lejos de lo que la gente cree. Mi experimento tendrá un tremendo valor científico, además de sus repercusiones éticas y filosóficas. Espero tener el tiempo y la oportunidad de comunicar todos mis pensamientos y teorías relacionadas con este tema a los lectores y televidentes de la población.
¿Quiere concluir esta entrevista con algún pensamiento final?
Malherbe: Oh bueno, déjeme decirlo de esta manera. Mi ambición ahora es lo primordial en mi mente, ha empujado al fondo al resto de mis asuntos. Se ha vuelto el foco de mis pensamientos y acciones, al punto de que ya no tengo ningún interés en lo que usted podría llamar los temores y tribulaciones de un tipo corriente. En cierta manera trascendí ese tipo de existencia. Mi ambición de comerme a mí mismo se ha convertido en mi verdadera raison d’être. Sé muy bien que se me ha criticado en ciertos sectores, y no soy ciego ni sordo a sus acusaciones, pero básicamente ya no me importan. Lo que me importa es mi ardiente ambición, cómo hacer que este sueño se vuelva realidad, y cómo hacerlo mañana en vez de pasado mañana. Para decirlo brevemente: Realmente vivo para esta pasión que me consume.
Gracias por esta entrevista , Sr. Malherbe.
Malherbe: De nada. Espero que nos volvamos a encontrar... ¡antes de la Última Cena!


Recorte # 7 (de una revista nacional)
Laurent Malherbe, quien una vez fuera sólo una curiosidad feliz de ver sus caprichos cubiertos por los periódicos regionales, se ha convertido en la actualidad en un invitado frecuente en todos los medios nacionales e, incluso, internacionales, en una caricatura del deseo humano de empujar sus límites y trascenderse y en un insulto a la profesión médica, todo junto en un solo individuo. Podría decirse que es un tremendo logro para un hombre que, hablando en lo estrictamente técnico, ya no está más vivo... dependiendo de cómo uno defina la vida. Malherbe, tras hacerse con enormes cantidades de dinero gracias a la venta de los derechos exclusivos de cobertura, contrató una legión de doctores y cirujanos para ejecutar su "testamento", un término que sólo aquellos que lo consideran muerto, una auténtica minoría menguante, ven como apropiado. Desde entonces el equipo médico conocido como la Fundación Malherbe comenzó a extirpar algunos de los órganos vitales de su paciente (¿o deberíamos decir "cliente"?), mientras que, según sus instrucciones, lo que queda del cuerpo de Laurent Malherbe se mantiene vivo en forma artificial, una masa casi vacía de lo que usualmente se conoce como "vida". Las crecientes hordas de admiradores de Malherbe, sin embargo, adoran al hombre como si representara a Dios sobre la tierra, y aplauden cada uno de sus movimientos, pese a que sean póstumos. ¿Está este hombre aún comiéndose a sí mismo, como afirman sus admiradores, mientras cirujanos muy bien pagados extirpan cada vez más porciones de carne temblorosa y la meten por una garganta que está adosada a un estómago y a unos intestinos reducidos, con un cerebro y un corazón añadidos sólo para que se pueda llegar a buen puerto? ¿O es este un chiste de mal gusto, un experimento científico que se salió de curso, un desperdicio de habilidades médicas y quirúrgicas que podrían usarse para necesidades más urgentes? No hace falta decir que los admiradores de Malherbe no tienen la menor intención de escuchar ni una crítica a su ídolo y una vez más el vil metal parece prevalecer por sobre la ética y el sentido común.


Recorte # 8 (de la revista de un club de admiradores de Laurent Malherbe)
La noticia más excitante, por supuesto, es que es inminente la llegada del momento tan esperado: Una vez más, al cuerpo de Laurent se le han quitado algunas partes (consideradas vitales por la gente de mentalidad estrecha) tales como sus pulmones y un buen trozo de su cerebro. Lo que queda de nuestro amigo (su sistema digestivo, su corazón junto con un rudimentario sistema circulatorio y un puñado de neuronas) se mantiene con vida gracias a tecnología médica de punta y un muy bien remunerado equipo de doctores y paramédicos. El Dr. Gómez, quien comanda el equipo médico, confirmó en una entrevista reciente que "nada puede impedir que Malherbe lleve a cabo su ambición y arribe a su conclusión lógica. La tecnología moderna le permitirá, pese a lo improbable que esto parezca a simple vista, comerse hasta los últimos jirones de tejido corporal. Por motivos contractuales no estoy en condiciones de divulgar ningún detalle técnico del procedimiento. Pero tengan la seguridad que haremos todo lo necesario para alcanzar un éxito absoluto. El Sr. Malherbe definitivamente pasará a la historia como el hombre que se comió a sí mismo." Obviamente, cubriremos la fase final de este fabuloso experimento con lujo de detalles, junto con entrevistas completas a todos aquellos involucrados. Ningún otro diario o revista tiene el tipo de acceso a fuentes confiables que nosotros tenemos, así que manténganse atentos a nuevas noticias. Los preparativos para el megafestival "Vas a tener el corazón en la boca, Humanidad" ya están bien en camino. Si esto no demuestra nuestra fe inquebrantable en el resultado del gran plan de Laurent, ¿entonces qué lo hace?


Recorte # 9 (necrológica en un diario nacional)
En el día de ayer Laurent Malherbe murió en un hospital privado de Londres. Tenía 41 años. Malherbe se había convertido en una celebridad nacional al comerse partes de su propio cuerpo, un hábito extravagante que rápidamente se convirtió en una obsesión que lo consumía. Dado que la llegada de Malherbe a la fama y la fortuna ha sido extremadamente bien documentada, no tenemos la necesidad de repetir los detalles de su último años, en el cual se dedicó a devorarse a sí mismo. Es materia de debate si es una descripción acertada de su condición durante los últimos meses de su "vida", cuando estaba conectado a una enorme cantidad de máquinas, un monstruo de Frankestein en reversa, con su carne y su sangre extraída y consumida artificialmente, hasta que nada quedó. Se rumorea que el video de la fase final del descenso de Malherbe por su propio sistema digestivo, lanzado casi inmediatamente a su muerte, está "procesado digitalmente", queriendo decir que se le han agregado efectos especiales o algo por el estilo a la filmación original. Esto es negado rotundamente por los admiradores y seguidores más fervientes de Malherbe, pero observadores menos cegados por la adoración, y voceros de la comunidad científica en particular, abrigan serias dudas acerca de el supuesto éxito de Malherbe de "tragar su propio sistema digestivo gracias a una prestigiditación tecnológica de última generación", calificado como "cháchara pseudocientífica de periódicos sensacionalistas" al menos por una autoridad médica reconocida. Parece bastante improbable que alguna vez se sepa toda la verdad sobre la muerte de Malherbe, teniendo en cuenta el fanatismo (sin mencionar los intereses financieros) que poseen aquellos que custodian los hechos como si se trataran de enseñanzas sagradas.


Recorte # 10 (de una carta publicada en el correo de lectores de un diario)
Francamente, no alcanzo a entender por qué tanto alboroto. ¿Importa acaso si existió o no algún artilugio de ultra-alta tecnología que le permitió al bueno de Laurent Malherbe servirse lo que quedaba de él en su Última Cena Privada? Está bien, admito que no estaba inmediatamente convencido cuando escuché sobre esta fabulosa máquina que desmenuzó los últimos pedacitos de la carne de Malherbe tan increíblemente rápido y los empujó en su garganta aún-no-del-todo-vaporizada de forma casi instantanea de modo que, hablando en lo estrictamente técnico, este procedimiento cuenta como "comerse a uno mismo por completo". Suena como puras tonterías, pero aún si tal máquina existió y este proceso (¡un salto gigantesco en el rubro de la "comida rápida"!) realmente se aplicó en nuestro siempre hambriento amigo Malherbe, ¿Qué diferencia hace al final? Se gastaron montones de dinero que podrían haberse utilizado mejor, se le prestó un montón de atención a un hombre con el fin de inmortalizar su nombre en un acto de sensacionalismo redomado (sin ninguna cualidad redentora), montones de personas hicieron lo mejor que pudieron para crear o involucrarse en una manía que debería haber sido ignorada desde el principio, sólo para darle emociones baratas a una sociedad saturada por los medios de comunicación y la avidez del dinero. Como dije, no alcanzo a entender por qué tanto alboroto. Ahora que Malherbe está en el Cielo de la Comida Rápida, ¿podemos volver a la vida real? Muchísimas gracias.

[Tradujo: Saurio]

Frank Roger nació en Gante, Bélgica, en 1957. Filólogo, viene publicando desde 1975 en diversas publicaciones de ciencia ficción de todo el mundo. Desde fines de los 80 escribe en inglés y se autotraduce al francés. Su obra puede describirse como una mezcla de géneros y estilos, en los que la sátira, el surrealismo y el humor negro son moneda corriente.