Un puñado de buenos hombres
Gareth D. Jones

The Times – 4 de Octubre de 1665:

Un árbol mata a un hombre

Un luctuoso evento se produjo ayer cuando hallaron muerto un hombre debajo de un manzano. Se decía que el joven, el señor Isaac Newton, tenía un futuro promisorio y que se destacaba particularmente en las ciencias y las matemáticas.
Aparentemente el señor Newton estaba relajándose a la sombra del árbol, resguardándose del sorpresivo calor del sol otoñal y disfrutando de la paz y quietud del área circundante. Luego de descubrir el cuerpo, el jardinero se comunicó con el médico local, quien corrió a la escena, pero lamentablemente todo fue en vano.  La cabeza del señor Newton presentaba un golpe en la frente, posiblemente provocado por la caída de una manzana. Parece ser que la sorpresa resultante de este evento hizo que el joven hombre se moviera bruscamente hacia atrás, recibiendo el golpe fatal en su nuca.
El jardinero aseguró que el manzano nunca antes había representado un peligro y que por ello es muy poco probable que se lo corte.

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Pennsylvania Gazette – 29 de junio de 1752:

Tormenta cobra una vida

Es la triste tarea de este periódico reportar el fallecimiento de su anterior editor el señor Benjamín Franklin.  El señor Franklin murió cerca de su casa, luego de ser alcanzado por un rayo durante una tormenta. La policía informa que en su muerte no estuvo involucrado nadie más y que por ello en su pesquisa no están buscando a ninguna persona conectada con el hecho.
Las circunstancias que rodean la muerte son algo misteriosas. Parece que el señor Franklin estaba intentando remontar un barrilete durante la tormenta. No se sabe si la tormenta se desató cuando el barrilete ya estaba en vuelo. Los lugareños dicen que el área es muy popular entre los remontadores de barriletes debido a que presenta espacios muy abiertos, pero que generalmente se considera que remontar un barrilete durante una tormenta no es una buena idea. El mayor problema sería que el barrilete puede ser capturado por los fuertes vientos y ser arrastrado o destruido. En este caso fue un rayo lo que resultó fatal.
Se ha sugerido que puede haber habido juego sucio. La parte más extraña de este enigma es el hecho de que la llave de la puerta del señor Franklin estaba atada en el extremo de la cuerda. Los expertos de la comunidad barriletera teorizan que el palito donde enroscar la soga se puede haber roto y que el señor Franklin improvisó utilizando la llave. Es muy improbable que esta se haya enredado por accidente. Otros sugieren que alguien tomó la llave y la ató al barrilete como una broma y que, de hecho, el señor Franklin estaba tratando de recuperar dicha llave cuando ocurrió el trágico accidente. Un rumor más oscuro dice que el mismo señor Franklin ató la llave como un gesto simbólico indicando que se despojaba de posesiones materiales. Rápidamente se descartó el rumor de que se trató de un suicidio.
Cualquiera sea el resultado del caso, el periodismo gráfico ha perdido una gran figura con la muerte del señor Franklin.

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The Detroit News – 4 de nov de 1863:

Aprendiz muere en accidente ferroviario

Un aprendiz de telegrafista de dieciséis años murió ayer luego de ser atropellado por un tren que pasaba por la estación donde él trabajaba. El joven, Thomas Alva Edison, conocido por todos como Alva, era una figura popular entre el plantel de la oficina de telégrafos. Sólo había trabajado aquí poco tiempo pero sus colegas lo describían como alguien que aprendía rápido y que estaba lleno de ideas para mejorar la red telegráfica.
Las muertes por accidentes ferroviarios son una parte triste de la vida moderna, pero esta historia tiene un giro extra que hace que la muerte de este joven sea aún más trágica. Alva Edison tenía problemas auditivos. Sus colegas señalaron que esto no afectaba su trabajo, pero presumiblemente afecto su habilidad de percatarse del tren que se le venía encima mientras cruzaba las vías. Quienes estaban en el lugar de los hechos dijeron que nada pudo hacerse por el joven.
Un final irónico de esta historia es que los detalles del accidente fueron transmitidos a este periódico desde la mismísima oficina donde trabajaba el señor Edison. Otro ejemplo que ilustra cómo la vida debe seguir a pesar de las tragedias que nos rodean.

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Jachymov Chronicle – 15 de julio de 1895:

Luna de miel con final trágico

La atmósfera calma y reflexiva del pueblo de Jachymov fue hecha trizas ayer cuando se descubrió a una joven pareja ahogada en el estanque de un manantial de las colinas cercanas. La pareja, Pierre y Marie Curie, estaban de luna de miel y se domiciliaban en Francia.  Las causas del accidente todavía son un misterio.
La pareja no fue muy sociable mientras estuvieron en el pueblo, un destino muy elegido para las vacaciones. Mucha gente viene aquí para beneficiarse con las aguas termales curativas, pero esta vez las aguas fueron cualquier cosa menos sanas. Aquellos pocos que hablaron con los Curie reportaron que la pareja parecía estar tan interesada en las rocas como en el agua. Aparentemente ellos decías que las rocas de pechblenda locales contenían propiedades especiales que ellos tenían interés en investigar. Ambos miembros de la pareja eran científicos.
Los expertos locales en aguas termales dicen que efectivamente las propiedades especiales de las aguas vienen de las rocas. Son estos minerales los que brindan los numerosos beneficios sanitarios que trae bañarse en esta agua. Los comerciantes del lugar planean presentar una petición al intendente para prevenir que los científicos estudien el área, temerosos que las propiedades del agua puedan reproducirse en cualquier otra parte.
En el día de ayer el intendente de Jachymov habló sobre la tragedia y les aseguró a lugareños y visitantes por igual que las aguas termales son seguras. Instó a todo el mundo a no dejar que un incidente aislado afectara adversamente sus vidas.

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The Zurich Tribune – 17 de marzo de 1902:

Se le niega la apelación a un paciente de un manicomio.

Rechazó la junta médica revisora la apelación de un paciente de un manicomio que pedía ser liberado basándose en que, de hecho, él no está loco sino que es un genio. El paciente, el señor Albert Einstein, ha estado internado en el manicomio de Zurich por varios meses luego de que lo denunciaran sus colegas del Politécnico de Zurich.  Como la mayoría de los pacientes, el señor Einstein negó los cargos, pero fue llevado al manicomio y puesto en observación.
A la audiencia fueron convocados antiguos colegas, quienes testificaron acerca de la naturaleza excéntrica del señor Einstein. Afirmaron que las teorías y argumentos del señor Einstein se volvieron más y más ridículas para las opiniones consensuadas de otros científicos. Cuando se les pidió que dieran ejemplos específicos, los colegas del señor Einstein reportaron ideas delirantes como que la luz podía doblar en esquinas redondeadas, que el tiempo se movía a diferentes velocidades en diferentes partes del mundo y que los objetos sólidos podían emitir luz. Aún cuando dichas ideas ridículas fueron abucheadas por los presentes el perplejo señor Einstein insistió en que todas eran verdad. Eventualmente el juez hizo retirar al señor Einstein de la audiencia debido al alboroto que estaba causando.
Luego se llamó al personal del manicomio a testificar y ellos confirmaron que el paciente pasaba la mayor parte de su tiempo garabateando notas y diagramas ininteligibles. Algunas de esas notas fueron mostradas a los científicos del politécnico, quienes concordaron que efectivamente eran un galimatías. En base de toda esta evidencia combinada la apelación fue rechazada y el paciente recluido en el manicomio por dos años más como mínimo. Se ordenó que sus papeles fueran destruidos.

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Stuttgart Zeitung – 11 de noviembre de 1921:

Misterio gatuno resuelto.

Anoche fue arrestado un hombre acusado de robo y crueldad animal. El señor Erwin Schrödinger, científico, se había mudado recientemente a la ciudad. Sus vecinos dicen que es un hombre tranquilo y poco sociable. Durantes las últimas semanas los vecinos también comenzaron a notar que sus gatos habían comenzado a desaparecer. Sólo después de que al menos una docena se habían desvanecido que alguien relacionó los hechos y la alarma cundió por el vecindario. Eventualmente los robos fueron reportados  la policía. Aunque se asignaron oficiales al caso, se le dio poca prioridad a los gatos perdidos. A partir de que los vecinos oyeron maullidos provenientes de la casa del señor Schrödinger fue que comenzaron a sospechar.
La policía vio impedido su ingreso a la vivienda pero eventualmente forzaron la entrada. La escena que los recibió en el sótano del señor Schrödinger sorprendió incluso a los oficiales más duros. Se encontraron una gran cantidad de gatos muertos en el sótano, evidentemente envenenados. Otros gatos estaban encerrados en cajas estrechas junto con botellas de ácido. El señor Schrodinger afirmó que los gatos eran parte de un experimento científico. Se encontraron varias piezas de equipo científico en el sótano y algunas de ellas estaban conectadas a las cajas.
Algunos vecinos lo acusaron de brujería, especialmente cuando el señor Schrödinger afirmó que lo que estaba tratando de determinar era si un gato podía estar vivo y muerto al mismo tiempo.
Las pesquisas realizadas en el instituto donde trabajaba el señor Schrödinger revelaron que los aparatos científicos habían sido retirados sin autorización y que el señor Schrödinger será despedido sumariamente. El vecindario donde vivía el señor Schrödinger puede respirar aliviado ya que este sádico no está más entre ellos.

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The Times – 1 de enero de 2000:

Celebraciones en Londres por el Milenio.

Anoche las calles iluminadas a gas estaban llenas de juerguistas debido a la más grande fiesta del milenio. Las celebraciones incluían una maravillosa exhibición de fuegos artificiales, entre ellos el mayor cohete que jamás se haya lanzado. Los organizadores dijeron que se trataba del objeto más poderoso que jamás había despegado de la superficie de la Tierra y teorizaron acerca de la posibilidad de construir eventualmente un cohete lo suficientemente poderoso para abandonar la atmósfera terrestre.
La nueva cara bañada en radio del Big Ben brillaba por todo Londres cuando el reloj dio la medianoche y las multitudes vivaron y cantaron a medida que entraban en el nuevo año. El Lord Mayor de Londres leyó telegramas celebratorios recibidos de las colonias de África y América.
El Times es aún el único lugar donde se pueden leer las últimas noticias sobre esta y otras historias en todo el Imperio.


[tradujo: Saurio]

Gareth D. Jones vive en Essex, Reino Unido y es un científico ambiental, escritor y crítico literario. Sus historias fueron traducidas a más de 20 idiomas.