Numero 16
Carta de tu amorosa madre
Sylvia Spruck Wrigley

A/a Comandante Reynolds
Agradezco su promesa de cuidar a Eugenie (mi hija, quien también es una maravillosa cocinera, dicho sea de paso). Estoy segura que ella se sentirá feliz por su atención y no le representará a usted un problema. Si me permite pedir un favor más, ¿podría entregarle esto cuando llegue?

Base de la Fuerza Aérea Edwards 27 de julio de 2029
(para que lo abras cuando te despierten luego del viaje, sea cual sea esa fecha)

¡Feliz cumpleaños, querida!
Espero que esta carta te encuentre feliz y bien. Si estás leyendo esto es que has llegado exitosamente a tu nuevo hogar. ¡Estoy muy orgullosa de vos, cariñito! Siempre supe que esas clases de verano en el museo de ciencias iba a resultar productivas en algún momento.
Lo único que lamento es no poder estar allí contigo para ayudarte en tu nueva vida. De hecho, hice una petición en el Congreso quejándome de que las restricciones en el viaje interestelar son tontas y que deberían permitirle a la familia acompañar a los astronautas en la nave, para darles seguridad y apoyo. Pero vos salís mañana a la mañana y aún ellos no me han contactado para comunicarme un aplazamiento del viaje, así que me temo que vas a tener que ir sola.
Aquí abajo te escribo unos consejos esenciales que te servirán de ayuda.
1) Asegurate siempre de tener corpiño y bombacha limpias. Si es necesario, usá lavandina. Elegí cuidadosamente tu ropa interior y pensá cómo cada prenda se vería en un cadáver: no debería verse muy sexy, para evitar que la gente hable sólo de eso. Sin embargo, tampoco tiene que ser muy utilitaria/práctica, no sea cosa que tengas suerte. De eso es de lo que se trata la misión, ¿no?
Ya que estamos en el tema, te compré una faja elástica. Te aprieta la panza y parecés que tenés unos kilitos menos, además de hacer que tus pechos se vean más grandes. Cuando llegues al nuevo mundo tené cuidado de no perder peso muy rápido, ya que te pueden aparecer unas estrías antiestéticas.
2) Si es posible, tratá de que te tiñan las cejas y pestañas antes de aterrizar, así no tenés que preocuparte porque se te hayan corrido. ¿Tienen un salón de belleza a bordo? Debería haberlo preguntado antes, porque ese sería definitivamente un servicio que yo podía brindarles. Me di cuenta últimamente de que no te ponés suficiente maquillaje, algo que muestra pereza de tu parte, especialmente porque hay un montón de trucos rápidos con los que podés definir tus mejores rasgos. Te puse una caja promocional de maquillaje de L'Oreal en el bolsillo delantero de tu valija así tenés los básicos cuando llegues. El lápiz de labios oscuro te va a quedar bien, pero tené cuidado de que no se te vaya la mano con el rojo brillante porque vas a parecer una cualquiera.
3) Tené siempre una sonrisa confiada y feliz en tu rostro, no importa qué. La gente va a acercarse a vos por instinto y los problemas extraterrestres casi siempre se resuelven de a muchos.
4) Descansá mucho. Estoy muy segura de que no vas a tener pepinos frescos para ponerte sobre los ojos, así que vas a tener que esforzarte para no tener bolsas antiestéticas. Te puse un lector de ebooks con unos cuantos libros de autoayuda, entre ellos la Guía de Twiggy para verse fabulosa después de los 40. Soy consciente de que, debido a la relatividad, tenés todavía treinta y dos, pero no estoy segura de que las arrugas entiendan cómo funciona la relatividad.
5) Asegurate de mantener tus pies secos y calientes. Esto es de fundamental importancia para estar saludable y feliz. Sabe Dios cómo será ese planeta Ricitos de Oro una vez que llegues allí, así que te puse seis pares de medias gruesas en tu valija (las compré rosas y peluditas porque se veían TAN adorables y estaban de oferta) además de un equipo de pedicuría. ¡Cuidá tus pies y ellos te van a cuidar a vos!
6) Elegí sabiamente a tu pareja. En mi opinión, nunca deberías haber dejado a ese chico tan agradable, Tommy Levinson, pero lo pasado pisado. En la valija te puse un camisón de seda negra y una botella de champán así podés crear una situación romántica cuando llegue el momento. Con tu pecho plano tenés que buscar la mayor cantidad de ventajas posibles.
Sos única y especial y siempre tenés que recordarlo. Sé que tenés restricciones de peso así que saqué los dardos tranquilizadores y la pistola paralizante para hacer lugar en tu valija para mis regalos.
Siempre me preocuparon esas cosas, de todos modos, así que si te encontrás en problemas estoy segura que alguno de esos agradables soldados jóvenes que viajan con vos te va a defender. Va a ser una buena manera de romper el hielo.
Para cuando recibas esta carta te habrás olvidado de mi cumpleaños 172 veces. Te perdono.

Cariños,

Mamá.



[tradujo: Saurio]

Sylvia Spruck Wrigley nació en Alemania el 7 de marzo de 1968. Vivió la mayoría de su infancia en Los Angeles pero se escapó a fines de los 80. Luego de años de vagar se mudó a Inglaterra donde su acento se dañó por completo. Ahora su vida se divide entre el sur de Gales y la Costa del Sol. También piloto de aviación, ha escrito varios libros de no-ficción al respecto. Su cuento corto “Alive, Alive Oh”, publicado en el número de Junio de 2013 de Lightspeed Magazine, fue nominado para el Premio Nébula de ese año.