El propósito de la luna
Tom Robbins

1

Vincent van Gogh se cortó la oreja y se la mandó a Marilyn Monroe.
Marilyn Monroe quedó tan conmovida que abandonó todo — su carrera, su piscina, su bamboleo, su teléfono, su suicidio, todo — y se mudó al sur de Francia para estar con Vincent van Gogh.
¿Vivieron por siempre felices? No, nadie lo hace. Pero simularon ser por siempre felices. Y como todas las cosas se vuelven lo que simulan ser, la felicidad falsa es tan buena como la auténtica.

2

Vincent van Gogh se cortó la oreja y se la mandó a Marilyn Monroe. Cuando desenvolvió el paquete y se encontró con la oreja, Marilyn Monroe puso su famosa sonrisa de gato-que-se-comió-la-banana.
Marilyn Monroe colocó la oreja en una caja de palo de rosa en su vestidor. De tanto en tanto, ella sacaba la oreja de la caja, la acariciaba, la soplaba, la rascaba y se reía. Una vez ella enganchó la oreja en una cadena de plata y la usó como collar en una fiesta. Siempre tuvo la intención de escribirle al propietario original de la oreja una hermosa nota de agradecimiento, pero nunca se hizo el tiempo.
¿Fue Vincent van Gogh un tonto?
Quizás Marilyn Monroe fue la tonta. Después de todo, Vincent van Gogh hizo un grandioso gesto y Marilyn Monroe lo recibió frivolamente.

3

Vincent van Gogh se cortó la oreja y se la mandó a Marilyn Monroe. Unas semanas más tarde el paquete le fue devuelto a Vincent van Gogh. Le habían escrito REMITENTE FALLECIDO.
Vincent van Gogh hizo averiguaciones y descubrió que era cierto. En su investigación se enteró que Joe DiMaggio había ordenado que rosas rojas frescas se colocaran en la tumba de Marilyn Monroe cada tres días, por siempre. No por lo que durase la vida de Joe DiMaggio, nótese bien, no por lo que durasen Hollywood, sus films y sus cementerios, sino por siempre.
Vincent van Gogh se apoyó contra la mareada corona de un girasol epiléptico. Dijo, "Después del fin del mundo, a Joe DiMaggio le van a devolver algún dinero."

4

Vincent van Gogh se cortó la oreja y se la mandó a Marilyn Monroe. Tras lo cual Marilyn Monroe se cortó una de sus orejas y se la mandó a Vincent van Gogh.
Vincent van Gogh se cortó el dedo chiquito del pie y se lo mandó a Marilyn Monroe. Marilyn Monroe le mandó uno de sus dedos chiquitos a cambio. Luego, Vincent van Gogh se cortó un párpado y lo envió. En el correo de regreso él recibió un párpado de Marilyn Monroe. Su amistad se volvía más cálida.
Se intercambiaron anulares, lenguas, ombligos y pezones. Un día, Vincent van Gogh se cortó el corazón y lo envió rápidamente a Hollywood — pero para entonces Marilyn Monroe se había aburrido de todo el asunto y se había fugado a Tijuana con Warren Beatty.
Vincent van Gogh estaba destruído. Sin embargo, no debería sorprenderse. Este es el camino que muchas veces sigue el amor

5

Vincent van Gogh se cortó la oreja y se la mandó a Marilyn Monroe. Poco tiempo después, Marilyn Monroe voló a París, condujo un auto de alquiler al sur de Francia y buscó a Vincent van Gogh.
Luego de una apropiada introducción, Marilyn Monroe sacó un paquete de Hostess Twinkies. Como los Hostess Twinkies siempre viajan de a pares; como, al igual que el coyote, el gorila, la ballena asesina y la grulla americana, los Hostess Twinkies se aparean de por vida, había un Twinkie para cada uno de ellos.
Cuando la merienda se acabó, Marilyn Monroe buscó en su costurero, sacó una aguja y un carrete de hilo verde y se puso a coser la oreja de Vincent van Gogh donde pertenecía.
"Ya está," dijo, lamiendo un resto de crema de Twinkie de la comisura de su boca. "Ya está, picarón. Y la próxima vez que quieras cortarte una parte tuya como muestra de afecto deberías tener en cuenta la vieja costumbre judía. Es menos sucia y socialmente más aceptable. No te olvides, orejar es humano, prepuciar es divino."

6

Vincent van Gogh se cortó la oreja y se la mandó a Marilyn Monroe.
La oreja mutilada le recordaba a Marilyn Monroe una luna creciente, y por horas la contemplaba a la luz de la luna.
Ella llamó por teléfono a Vincent van Gogh. "¿Tiene un propósito la luna?" preguntó.
Vincent van Gogh consideró la pregunta. Pensó que era tonta.
Albert Camus escribió que la única pregunta seria es si debés suicidarte o no.
Tom Robbins escribió que la única pregunta seria es si el tiempo tiene un comienzo y un final.
Camus claramente se había levantado con el pie izquierdo, y Robbins se debe de haber olvidado de poner el despertador.
Hay una única pregunta seria. Y es: ¿Quién sabe cómo hacer que el amor dure?
Respondeme eso y te diré si debés suicidarte o no.
Respondeme eso y tranquilizaré tu mente sobre el comienzo y el fin del tiempo.
Respondeme eso y te revelaré el propósito de la luna.

7

Vincent van Gogh se cortó la oreja y se la mandó a Marilyn Monroe. Paul Gauguin estaba horrorizado. "Eso fue de muy mal gusto, Vincent," dijo Gauguin. "Dentro de unos años, luego de que estés bien muerto, serás recordado más por haberte cortado tu oreja que por la belleza y la verdad de tu arte."
Desde atrás de sus vendas Vincent van Gogh miró a Paul Gauguin y sonrió. "No te preocupes," dijo. "El Arte se cuida a sí mismo. Y lo que el mundo piense cuando yo esté bien muerto me tiene sin cuidado. Lo que importa es la vida. Lo que importa es el amor. Yeah."
Al día siguiente, Paul Gauguin se cortó su esposa y se mandó a Tahiti.
"Pobre Gauguin," suspiró Vincent van Gogh. "Entendió sólo la mitad de lo que dije."

8

Vincent van Gogh se cortó la oreja y se la mandó a Marilyn Monroe. Inmediatamente tuvo dudas y cayó en una profunda depresión.
"Oh, ¿por qué fui tan presuntuoso?" se preguntó. "Una oreja es algo muy íntimo. ¿Qué tal si a ella no le gustan las orejas? Mejor debería haber enviado violetas o fósforo. Debería haber enviado papas, dentífrico o pinceladas de ancho significativo. Esa oreja la va a ofender, lo sé. Oh, deberían llamarme Vincent van Gaffe. Lo arruiné nuevamente."
En medio de toda su agitación una nota llegó desde Norte America. "Querido Señor," comenzaba, "Muchísimas gracias por el bolso de seda." Vincent van Gogh se relajó. Sonrió de oreja a...Oops.

9

Vincent van Gogh se cortó la oreja. Quería mandársela a Marilyn Monroe, pero no sabía cómo hacerlo.
No podía permitirse el mandarla personalmente. No tenían amigos en común. Y si se la mandaba él al estudio de filmación, una mujer fornida en un traje de tweed seguramente la tiraría a la basura.
¿Correría el riesgo de confiársela a Railway Express? ¿A United Parcel Service? ¿A Brink's?
La oreja de Vincent van Gogh era su amor. Incapaz de enviarla a través de canales normales, fue al campo de trigo y la mandó por cuervo.

Tradujo: Saurio