Segunda Venida
Raquel Froilán García
Diario de a bordo. Anotación 11215451
Nos hemos perdido. Al salir de Riughj tomamos el ramal equivocado. Conclusión. Estamos en el brazo galáctico equivocado. Justo en el aparato excretor de la galaxia. Lo descubrimos porque el salto se abortó justo a tiempo de evitar comernos un sol que no debería haber estado allí. Un sol equivocado y una gran roca justo en medio de la derrota. Es la tercera, según se baja a la izquierda. Tendremos que repostar. Tiempo indefinido. Vamos a echar un vistazo a la piedra; orbitaremos un par de veces, sólo para tener algo que poner en el informe.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215452
¡Increíble! La roca cuenta con esfera de datos. Muy primitiva, es cierto, sólo balbuceos y gañidos, pero es inconfundiblemente tecnológica. El Jefe no se lo va a creer. Microondas, radio, de todo. Menuda carambola cósmica.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215453
Computadora está haciendo un rastreo de frecuencias. Asegura que tendrá lista una traducción aproximada a las 83 3000 en punto. El Jefe no va a esperar tanto. Bajamos YA. Yo bajo ya. El Jefe siempre elige sabiamente, aunque no recuerdo haberme presentado voluntario. No me hago ilusiones. Soy el bitácora ergo soy prescindible. Y los nativos podrían están armados con garrotes. El Jefe me lo comunicó amablemente en la reunión de trip al completo, cuando estábamos todos posados en grupos de a tres a cada lado de la gran mesa cuadrada. Saqué el exotraje espacial. Me queda pequeño. Computadora me dio camuflaje, ha estado hurgando en las ondas. Ja. Si eso era discreto no me quiero imaginar a los extravagantes. Bajé solo. Sin novedad.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215454
Encuentro con un nativo. Tipo mamiferoide. Cuatro extremidades funcionales y otra vestigial, sin otra función aparente que la de custodiar la abertura del conducto posterior e impedir la entrada al mismo de insectoides espeleólogos. Zona anterior muy desarrollada, posible signo de inteligencia, que se bifurca: ¿antenas?
El nativo intenta comunicarse. Inicio transcripción fonética:

[MUUUUUU]

Fin de transcripción.
Computadora no ofrece ninguna traducción fiable del mensaje. Sin embargo proporciona un término: “vaca”, rescatado de la esfera de información. Obtengo toda una cosecha de datos del campo semántico donde pastaba la “vaca”. “Bovino” por ejemplo. Computadora me informa de que “bovino” es el rostro del espécimen bípedo que observa junto a la “vaca”. No le di importancia en el examen preliminar por su menor tamaño y número de extremidades y, por lo tanto, menor jerarquía. Decido no dejarme llevar en el futuro por prejuicios etnocéntricos que podrían conducir a error. Noto que la zona anterior del espécimen es mayor que la de la “vaca” con relación al resto del cuerpo. Francamente desproporcionada. ¿Signo de inteligencia superior? No creo. El espécimen no parece muy activo. Está medio postrado y murmura lo que Computadora define como “jaculatorias”. Computadora lanza sondas y obtiene un término: “Rigoberto”. Deduzco que es análogo a “vaca” y por lo tanto definitorio a nivel de especie. El "rigoberto” se alza y señala el envase de luz sólida que me protege. Parece asustado, por lo que lo diluyo y aparezco sólo con el exotraje. No conviene espantar a los nativos. Sorprendente. El traje parece asustarle aún más. Al fijarme mejor observo ciertas semejanzas entre la morpho actual del mismo con el aspecto exterior del nativo. Sospecho que mi camuflaje es de “rigoberto” estándar. Los “rigobertos” deben de ser la especie dominante. Empero, sus “ropas” son distintas. Las mías (las del traje) son más holgadas.
El “rigoberto” se encuentra claramente agitado, alternativamente se postra y me señala con sus extremidades anteriores. No pretenderá tocarme con ellas. Qué asco. Parecen sólidas. Tal vez intenta que me despoje del exotraje. Ni fonar. Debe estar mal de la zona anterior, con esta gravedad abusiva y semejante atmósfera oxidante. Me sorprende que tal hábitat albergue vida.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215455
Inicio experimento de campo. El “rigoberto” no parece muy conforme. Se niega a colaborar. Nos ha jorobado. Se ha ofrecido igual de voluntario que yo.
Hipótesis: La abultada zona anterior indica:
a) inteligencia superior, rozando la genialidad. En contra el aspecto “bovino” y poco espabilado del “rigoberto”.
b) aparato de sustentación para contrarrestar la excesiva gravedad de la roca. Podría estar llena de gas. En contra, que no parece muy funcional.
Procedo.
Después de la trepanación no se observa pérdida apreciable de gas. Desmonto la campana portátil. Tendré que limpiarla. Que curioso, los “rigobertos” salpican. Hipótesis b) descartada, no así la a). Permanezco a la espera de más pruebas. Computadora avanza con la descodificación de la noosfera. Propone continuar con la exploración en zonas más pobladas. Indica como favorables coordenadas del otro hemisferio.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215456
Computadora define la zona como “Accesorio para la fijación de pantalones y libro”. Exijo datos auxiliares. Computadora afirma que es lo mejor que ha podido encontrar. No parece muy poblado.
Hago descender el envase de luz sólida, despacio, me encuentro rodeado de “rigobertos”. Es increíble el parecido morfológico entre ellos. Nota: investigar posible reproducción asexual, ver Gemación.
Me poso en el último horizonte del suelo, parece cubierto de materia orgánica. Cuidado, puede tratarse de un lugar de enterramiento de “rigobertos”. Estas tribus arcaicas se ponen intratables si se altera sus lugares sagrados. Decido, pues, que el traje permanezca levitando a un palmo del suelo. Apago progresivamente la luz sólida. Computadora sugiere extender los brazos en señal de buena voluntad. Los sensores indican movimientos en la capa oxidante. Hace ondear de forma graciosa las extremidades filiformes de la zona anterior del traje. “Pelo”, apunta Computadora por el subvocal.
Los nativos me rodean y señalan. Debe ser un ritual. Dos de ellos se “postran” y me “adoran”. Sus rostros son aún más bovinos que los del primer espécimen. Sospecho que Rigoberto I era un individuo de intelecto especialmente vigoroso. Al menos comparado con estas joyas.
Computadora procede con la traducción. Al parecer este territorio se llama “Rica de Norte”, nombre que hace referencia a su increíble capacidad de acumulación de bienes y servicios. Del mismo modo, estos “rigobertos” que aseguran venir en son de paz se autodenominan “ricos”. Computadora colige que debe haber otras facciones rigobertas llamadas “pobres”.
Su líder se adelanta sosteniendo un “libro” (material celulósico y pellejo de mamiferoide) a modo de escudo. El libro podría tener algún tipo primitivo de campo de fuerza. Sugiero pegarle un tiro al portador, para comprobarlo. Computadora sugiere calma. Computadora también indica que el libro, al parecer de un tipo especial llamado “Biblia”, hace referencia al nombre de la zona “Cinturón Bíblico” (Computadora avanza en la traducción). El líder se hace llamar “Joe” y también se define como “Telepredicador”. Supongo que son más variaciones regionales, “Joe” es asimilable a “Rigoberto” y “Telepredicador” a “Jefe”: esos gestos autoritarios son inconfundibles incluso en ese repulsivo cuerpo gelatinoso y semisólido (esto es deducción mía, Computadora se lava los apéndices). Computadora traduce. No entiendo nada. Sugiero fonar texto que acompañaba a la descripción del camuflaje. Computadora acepta. Es conveniente mantener la cautela y actuar según disfraz.
Pronuncio un discurso, en dos de sus idiomas (anda, dos idiomas, quién ha oído algo así) para demostrar mi sapiencia. Parece que funciona porque se admiran y proponen llevarme a su “templo”. Yo les tranquilizo y declaro que primero tengo unos asuntillos que resolver (y señalo inequívocamente hacia arriba para asegurarme de que entiendan) y les prometo regresar. Ellos se “postran” y me “adoran” otra vez. Debe ser una costumbre local. Esta gente se pasa más tiempo arrodillada que de pie. Será por la gravedad.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215457
Se me va a caer el “pelo”. No sé cómo, pero mi visita ha tenido repercusiones semi-apocalípticas. La esfera de datos se agita convulsa. Y pensar que tenía que ser una exploración discreta. Ya me veo degradado a las cocinas, a pelar tubérculos de Oreghjk.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215458
Posteriores comprobaciones indican que ha habido un terrible malentendido. Creo que me han confundido con un dios o algo así y ahora se dedican a hacer sacrificios en mi honor. No sé, chamuscarán muslos de toro para que yo les sea propicio.
¿Cómo pasó? La culpa, como siempre, la tiene Computadora, como aquella vez que enloqueció y nos dejó varados junto a aquel agujero negro. Al parecer se confundió y sacó mi atuendo y el morpho del exotraje de una obra de ficción audiovisual. Una que tenía un título extraño: Pasión Melgibson. Ignoro qué cosa será un Melgibson (aunque Computadora sugiere que se trata de una criatura de ambientes semidesérticos y faltos de agua) pero de Pasión sí que tiene una traducción aproximada. Me ofrece varios sinónimos: efusión, frenesí, paroxismo, fanatismo, erotismo y lujuria. Pido unas ráfagas de la obra de ficción. Quedo asqueado. A éstos, además de ser primitivos, les va el rollo sadomaso. Aparte de ser usada para ponerse a tono, la obra parece tener connotaciones religiosas y mi exotraje es clavadito al protagonista. Además, cuando me dirigí a los nativos lo hice en dos lenguas muertas “arameo” y “latín”, así que  no entendieron nada pero quedaron muy asombrados. Lo llaman don de lenguas y parece estar relacionado con prenderse fuego a la cabeza. Y que yo lo hiciera sin que me ardiera el pelo les llama mucho la atención. Así que ahora soy un dios. Algo que podría ser beneficioso si se lleva con tacto.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215459
La tripulación al completo bajó al planeta. Y, cosas de la vida, nuestro número (doce) también tiene algún extraño significado religioso porque juntos causamos más sensación que yendo yo solo (casi). Pero que conste que la estrella sigo siendo yo, lo que pone de muy mal humor al Jefe, al que los nativos insisten en llamar “Pedro”. Por su parte, el Jefe intenta explicarles que no es el segundo de a bordo sino el capitán, pero todavía no domina bien el idioma. Los nativos dicen que sí, que es muy lógico, no sé qué de la Barca de Pedro y de que es normal que sea el capitán. Y el jefe se enfada todavía más cuando le vuelven a llamar “Pedro” porque el Jefe es hembra. En fin, que mientras estemos en tierra, mando yo.
De todas formas los nativos le encuentran significado religioso prácticamente a todo lo que hacemos. Les fascinan especialmente los huecos de interfaz que el exotraje tiene en las “palmas de las manos”. Y es inútil explicar que sólo sirven para manejar la luz sólida, porque no hacen caso.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215460
Que extraños son. Cuando les ordené: “Llevadme ante vuestro líder”, me mostraron un ejemplar especialmente primitivo, una especie de mono antropoide. “Debéis estar de coña”, dije. Ellos no me entendieron, todavía tenemos problemas con la traducción simultánea, pero estamos avanzando. Y en cuanto al líder, puede que le rindan culto o algo así, o que sea el animal tótem de la tribu. O que para ocupar el cargo haga falta un cociente intelectual especialmente bajo. Por lo menos el ejemplar se muestra muy colaborador. Me explicó que él mismo es muy fan de la obra del Melgibson (que sigo sin saber qué es). También me explicó que ya había hablado anteriormente conmigo y que yo le había ordenado dejar la bebida. Cosa que no recuerdo haber hecho.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215461
Computadora ha enloquecido (otra vez). Al parecer pasó mucho tiempo en la esfera de datos del planeta y quedó afectada por la ingente cantidad de perversiones sexuales que se encontró. Ahora se pasa el día haciendo proposiciones indecentes a la tripulación, sin respetar ni sexo ni rango. Por lo tanto solo podemos contar con ella de vez en cuando. Una de sus últimas informaciones útiles (obtenida sin duda de ver tanto porno) fue que los rigobertos son mamiferoides dioicos. Nada de gemación. Vamos, que también hay rigobertas. Computadora dice que además tienen un acusado dimorfismo sexual (a saber a qué se refiere), pero la verdad es que a mí me parecen todos iguales.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215462
Acabo de ser ascendido. El Jefe se empezaba a poner pesado. Computadora sólo tuvo que susurrarme una palabra mágica que, al pronunciarla en voz alta, enloqueció a la multitud. Yo sólo tuve que decir “¡Judas!” y señalar al Jefe con un “dedo” y los fieles se encargaron de despedazarlo. Esto de ser un dios hecho hombre tiene sus ventajas. Cuando la marabunta de nativos rasgó el exotraje del Jefe dejando salir su cuerpecillo en forma de nube de gas multicolor, todos gritaron “¡Oh!”, asombrados, y luego “¡Ah!” y luego “Milagro, milagro”. Luego, las condiciones de vida hostiles del planeta hicieron el resto.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215463
Acabo de declarar la guerra santa porque he decidido conquistar el planeta. Sí, ya sé que la teoría militar ortodoxa afirma que no se puede controlar un planeta con tan escasos efectivos, pero no han tenido en cuenta el poder de las supersticiones y la religión. Oh, naturalmente que no todos los nativos me han aceptado como su líder natural o de lo contrario no habría tenido que declarar la guerra santa. Hay un montón de facciones enfrentadas e irreconciliables, tantas que me da dolor de la zona anterior sólo de pensarlo. Pobrecitos, el truco está en azuzarlos unos contra otros. Sobre todo me dan problemas unos nativos llamados “muslines” o algo así (no puedo asegurarlo porque Computadora está totalmente fuera de combate y entregada al onanismo) y otra docena de credos variados. Había pensado aparecerme vestido de sus respectivos líderes y convencerles para alcanzar la paz universal, pero sin Computadora no sé por dónde empezar. De momento espero que luchen unos contra otros y que ganen los míos. A fin de cuentas yo tengo una nave espacial por si las cosas salen mal. Los que no dan problemas son los “científicos” y los “ateos” que se niegan categóricamente a admitir mi existencia y me tachan de alucinación colectiva. Angelitos.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215464
La Guerra Santa va viento en popa aunque mis asesores de imagen prefieren que la llame “Cruzada”. Al parecer son los “muslines” los que hablan de Guerra Santa y si yo la llamo igual podría crear confusiones entre mis huestes. Los que pelean con más ganas son los de “Rica”. Los “ricos” dicen que no sólo luchan por mí sino para “defender su modo de vida”. Y además les encanta.
De momento me dedico a aparecerme en mi cegadora luz sólida en los campos de batalla, siempre con buenos resultados. Aunque a veces no me reconocen. En mi última visita a uno de los frentes me confundieron con un tal “Santiago” porque mis hordas no paraban de gritarme “¡Santiago!, ¡Santiago!” y luego “¡Santiago y cierra España!”. A día de hoy todavía ignoro quienes eran ese “Santiago” y esa tal “España” o por qué estaba abierta a esas horas.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215465
Empiezan a surgir dudas sobre mi naturaleza divina. Se ha organizado una resistencia. Era de esperar. Estos nativos pueden ser muy tontos, pero tarde o temprano se iban a dar cuenta que no soy ningún dios. Tarde o temprano establecerían una conexión entre la muerte del Jefe y la posibilidad de que yo pueda morir también. Y se han producido ciertos deslices con las nativas de los que prefiero no hablar (lo de Computadora se debe estar extendiendo entre la tripulación) que han dejado nuestra reputación por los suelos. De momento, llamo “herejes” a los dudosos y mis fieles se ocupan de todo. Los “herejes” les gustan muy hechos. Además, les encanta que haya venido en una nave espacial, tienen toda una mitología al respecto que parece estar muy de moda, antes incluso de que yo llegara. Afirman que hubo precedentes, un tal “Elías” que fue abducido y llevado en una nave espacial (ellos la llaman carro de fuego, pero qué puede esperarse con una tecnología como la suya). Y hay un montón de sectas milenaristas que no paran de gritar “Ves, ves como teníamos razón”. Y a mí me da pena desengañarles, son tan monos cuando se ponen así. Y luchan tan bien.
 
Diario de a bordo. Anotación 11215466
La verdad es que la guerra santa está durando demasiado. Estos nativos se matan mucho y bien, pero también son duros. No se dejan convencer, los muy... Creo que aprovecharé el tiempo para pensar qué título me pondré cuando gane. Ellos ya me llaman “Todopoderoso” y “Cordero de Dios” pero me gustaría un nombre más laico, “Virrey de las Colonias”, “Almirante del Espacio Espacial” o similares. No sé por qué, pero me da que voy a tener tiempo para pensarlo a fondo. Y si los nativos se dan cuenta de que, aunque soy el que soy, no soy el que ellos piensan, posiblemente será tarde. Yo no pienso moverme de aquí. A ver quien querría ser un simple bitácora en una nave de tercera pudiendo ser un Dios hecho Carne.
Aunque tenga que ser el dios de las ruinas.
Raquel Froilán García nació en León, España, en 1981. Sus cuentos aparecieron en Axxón y BEM online, además de en las antologías Desde el taller y Visiones 2005